Lucía y Jorge

Fotografía de boda en el Colegio Santo Domingo de Orihuela

Hoy os quiero contar la boda en el Colegio Santo Domingo de Orihuela de Jorge y Lucía. Un día lleno de música, emoción y momentos únicos que, como fotógrafo de bodas en Alicante, tuve el placer de capturar.

Desde el minuto uno, esta boda prometía. Jorge y Lucía se conocieron a través de la música, y la música estuvo presente en cada rincón del día. Arrancamos temprano, acompañando a los novios en sus casas. En la de Jorge, el ambiente era puro buen rollo: entre notas de piano y sus hermanos tocando música, nos regaló unas fotos espectaculares. Y ojo al momentazo con sus amigos viendo un eclipse… ¡con gafas de 3D en vez de las del eclipse! Si eso no es improvisación, no sé qué lo es.

Lucía tampoco se quedó atrás. En su casa, la emoción estaba a flor de piel. Llegamos justo cuando le daban los últimos retoques de maquillaje y peluquería. Entre risas y nervios, se vistió rodeada de sus padres y amigos, que fueron llegando poco a poco. Justo después, antes de salir hacia la iglesia, se sentó al piano y nos regaló un momento increíble, con la música envolviéndolo todo. No pudimos evitar capturar esa escena, un reflejo perfecto de su esencia.

Con todo listo, nos fuimos al Colegio Santo Domingo de Orihuela. Un lugar con historia, frescos coloridos que parecían sacados de la Capilla Sixtina y un ambiente que le daba un toque solemne pero cercano. La ceremonia fue preciosa, con música en directo interpretada por los hermanos de Jorge, lo que hizo que cada acorde tuviera aún más significado. Cuando los novios salieron bajo una lluvia de arroz, los abrazos y la felicidad eran contagiosos.

Pero antes de irnos a la celebración, hicimos una parada obligatoria: el claustro. Un escenario brutal donde la luz se colaba entre los arcos, creando la atmósfera perfecta para unas fotos llenas de complicidad y emoción.

Y ya con la emoción por las nubes, nos fuimos a la Masía de Chencho en Elche. Allí nos esperaba un cóctel con música jazz en directo, cerveza fría (fundamental) y un ambiente distendido. Los novios aprovecharon para relajarse, saludar a sus invitados y disfrutar antes del convite.Dentro, la fiesta no se hizo esperar: brindis, regalos, discursos con su punto de emoción y, cuando empezó el baile… bueno, ahí ya se desató el fiestón del bueno. De esos que se alargan hasta que el cuerpo aguante.

Si estás buscando un fotógrafo de bodas en Alicante o en cualquier rincón especial como el Colegio Santo Domingo de Orihuela o la Masía de Chencho en Elche, y quieres fotos auténticas, sin poses forzadas y con todo el rollazo de tu boda… ¡hablemos! Me encantará formar parte de vuestra historia.